...un poco de lectura no hace mal
Algo sobre el blues...
por Carlos “Pescado” Barrales
Mis queridos amigos, a partir de hoy trataré de poner por escrito algunos conceptos e ideas, más que opiniones, sobre el blues. Para acercarnos poco a poco al “blues a la chilena”.
Es una tarea difícil, por varias razones. Pero estimo que necesaria, pues no creo que sea justo haber alcanzado la nada despreciable edad de 44 años de edad y 25 en el blues, para quedarse callado desde el palco viendo cómo los más jóvenes intentan dar con el nervio del blues en sus apuestas.
Algo se aprende, algo se sabe, algo se puede decir, con un cuarto de siglo persiguiendo los fantasmas del blues. No hacerlo podía interpretarse como un acto de egoísmo; no obstante, hacerlo, bien podría ser interpretado como una soberbia más. Pero nada. “Vamos al grano”, dijo el pollo.
Estructura clásica del blues
Empezaré por decir algo sobre la estructura del blues. La estructura predominante es la estrofa de tres versos, cantada en la secuencia armónica de acordes tónico, subdominante y dominante.
Parece que la conjunción de las improvisaciones vocales de forma libre de los hollers, con las baladas del siglo XIX, que asumían la forma de tres versos, a menudo con un pareado y estribillo, fueron el presagio del blues.
Así fue observado a principios del siglo XX, y apareció después en forma de partitura antes de la Primera Guerra Mundial.
Es tentadora la idea de que las partituras aceleraron la popularización del blues, pero probablemente pocos cantantes rurales tuvieron acceso a las publicaciones de blues o estuvieron interesados en ellas; es más verosímil la transmisión verbal e instrumental a través de espectáculos ambulantes, como los medicine shows.
El intercambio de canciones entre los soldados negros durante la Primera Guerra Mundial puede haber contribuido a la difusión del estilo.
La popularización del blues clásico a principios de los años veinte, gracias al fonógrafo, y de los estilos folk, a partir de 1925, parece que ayudó a la cristalización de la forma. Las desviaciones de la forma estándar de blues de doce compases, estructura que aún predomina, eran relativamente raras en los años treinta.
Ser fieles, como cantantes y músicos, a esta estructura histórica, tan básica y entrañable, es una señal de sincero respeto y de cariño verdadero por el género, por los grandes maestros y sus blues, blues que marcaron la historia de la música popular y nos dejaron su alma y su espíritu en su obra.
Sugerencia del chef: Oír por la mañana y en ayudas Son House, Charlie Patton y Robert Johnson. Por la noche, pasadas las 22 horas, a Bessie Smith y Ma Rainey.
Búscalos en el portal youtube.com. o baja sus discos desde la Internet, con un programa como el kazaa.
Salud por el blues.
Hasta la próxima edición.
Chao Pesca´a
por Carlos “Pescado” Barrales
Mis queridos amigos, a partir de hoy trataré de poner por escrito algunos conceptos e ideas, más que opiniones, sobre el blues. Para acercarnos poco a poco al “blues a la chilena”.
Es una tarea difícil, por varias razones. Pero estimo que necesaria, pues no creo que sea justo haber alcanzado la nada despreciable edad de 44 años de edad y 25 en el blues, para quedarse callado desde el palco viendo cómo los más jóvenes intentan dar con el nervio del blues en sus apuestas.
Algo se aprende, algo se sabe, algo se puede decir, con un cuarto de siglo persiguiendo los fantasmas del blues. No hacerlo podía interpretarse como un acto de egoísmo; no obstante, hacerlo, bien podría ser interpretado como una soberbia más. Pero nada. “Vamos al grano”, dijo el pollo.
Estructura clásica del blues
Empezaré por decir algo sobre la estructura del blues. La estructura predominante es la estrofa de tres versos, cantada en la secuencia armónica de acordes tónico, subdominante y dominante.
Parece que la conjunción de las improvisaciones vocales de forma libre de los hollers, con las baladas del siglo XIX, que asumían la forma de tres versos, a menudo con un pareado y estribillo, fueron el presagio del blues.
Así fue observado a principios del siglo XX, y apareció después en forma de partitura antes de la Primera Guerra Mundial.
Es tentadora la idea de que las partituras aceleraron la popularización del blues, pero probablemente pocos cantantes rurales tuvieron acceso a las publicaciones de blues o estuvieron interesados en ellas; es más verosímil la transmisión verbal e instrumental a través de espectáculos ambulantes, como los medicine shows.
El intercambio de canciones entre los soldados negros durante la Primera Guerra Mundial puede haber contribuido a la difusión del estilo.
La popularización del blues clásico a principios de los años veinte, gracias al fonógrafo, y de los estilos folk, a partir de 1925, parece que ayudó a la cristalización de la forma. Las desviaciones de la forma estándar de blues de doce compases, estructura que aún predomina, eran relativamente raras en los años treinta.
Ser fieles, como cantantes y músicos, a esta estructura histórica, tan básica y entrañable, es una señal de sincero respeto y de cariño verdadero por el género, por los grandes maestros y sus blues, blues que marcaron la historia de la música popular y nos dejaron su alma y su espíritu en su obra.
Sugerencia del chef: Oír por la mañana y en ayudas Son House, Charlie Patton y Robert Johnson. Por la noche, pasadas las 22 horas, a Bessie Smith y Ma Rainey.
Búscalos en el portal youtube.com. o baja sus discos desde la Internet, con un programa como el kazaa.
Salud por el blues.
Hasta la próxima edición.
Chao Pesca´a
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